La mozzarella de bufala ha sido siempre un producto del centro y del sur de Italia, de allí su origen. Concretamente, las zonas de producción se extienden desde la parte sur de Lacio a la parte norte de Campania y algunas zonas de Apulia y de Molise: el 58% se produce entre las provincias de Caserta y Nápoles, el 34% en Salerno, el 7% en la parte sur de Lacio y el 1,1% entre Foggia y Venafro (provincia de Isernia).
La denominación mozzarella tiene origen en el verbo “mozzare” que se refiere al corte y separación manual de la masa hilada, operación que se realiza con el índice y el pulgar. Los primeros documentos históricos del término se remontan al siglo XII y testimonian cómo los monjes del monasterio de San Lorenzo en Capua, solían ofrecer un queso denominado “mozza” o “probatura” (si era ahumado), acompañado de un trozo de pan a los peregrinos. Ya en el siglo XII era común y apreciada la presencia de búfalas en las llanuras costeras de Volturno y de Sele. En el siglo XIV existen distintos testimonios que prueban la comercialización de los derivados lácteos de búfala destinados al próspero mercado de Nápoles y Salerno.
Sólo en 1570 aparece por primera vez el término “mozzarella” en un famoso texto de Bartolomeo Scappi, cocinero de la corte papal.
A finales del siglo XVIII las mozzarellas se convierten en un producto de amplio consumo, gracias en parte, a la realización, por parte de los Borbones, de un gran espacio dedicado a la cría de búfalas con una fábrica de quesos anexa experimental para la transformación de la leche obtenida, situado en el Real Sitio de Carditello, la propiedad real de la dinastía española en provincia de Caserta.
A finales del siglo XVIII las mozzarellas se convierten en un producto de amplio consumo, gracias en parte, a la realización, por parte de los Borbones, de un gran espacio dedicado a la cría de búfalas con una fábrica de quesos anexa experimental para la transformación de la leche obtenida, situado en el Real Sitio de Carditello, la propiedad real de la dinastía española en provincia de Caserta.
Con la unificación de Italia se creó en Aversa, la “Taberna”: un auténtico mercado al por mayor de mozzarella y derivados lácteos. La mozzarella se retiraba en los lugares de producción, ya pesada y envuelta en hojas de junco o de mirto y transportada hasta el lugar del comerciante.
La historia de la mozzarella de búfala cuenta cómo sobre todo la región de Campania ha sido siempre el centro de la producción de este importantísimo producto.
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